La edificación tradicional a rehabilitar es de escasa entidad y está adosada a otra de similares características hacia el lindero este, formando un conjunto reconocible. Por ello la intervención debe de ser cuidadosa con el entorno y las preexistencias, resolviendo las nuevas necesidades de programa; junto a la necesidad de luz interior.

Por todo ello, se plantea un tragaluz central que se desarrolla en toda la vertical de la edificación y aprovechando las escaleras de la planta baja.

También el nuevo programa obliga a proponer volúmenes añadidos, estos intentan mimetizarse con lo existente mediante una escala ajustada. Materialización mediante la disposición de muro de hormigón armado con piedras existentes aglomerado de este y acabado lavado previo al curado del hormigón y rejuntado de los muros existente con mortero de cal de la misma materialidad que el muro superior con el fin de unir los dos volúmenes. Se genera una textura integrada pero diferenciada en el volumen de cubierta. La teja de la cubierta actual se lava y reutiliza como estrategia de reciclaje y economía.