Un nombre largo para un proyecto que nació con la imagen de un cirujano que con un bisturí abría la cubierta para dar altura y luz a la última vivienda de la edificación a reformar.

Una situación peculiar de la parcela, encajada en una manzana y en medianera con una edificación noble y de mayor altura que va a condicionar el proyecto. Con frente a la calle Gamboa por la que se accede a la planta baja y un hueco estrecho en la calle Ballesta que a través de un patio da entrada a la planta primera y a una escalera exterior que nos lleva a la vivienda a reformar.

Además de la limpieza de las fachadas, reformar la última vivienda, añadiendo un altillo. La normativa permite añadir una nueva planta, pero la edificación apegada resuelve como fachada esa medianera compartida a partir de la altura que supera nuestra edificación. Aquí se decide añadir un forjado que no llegue a las paredes y recortar la cubierta como una proyección que desde el suelo va solicitando la altura necesaria en cada punto y además llene de luz la vivienda. El volumen resultante estará dentro del volumen permitido sin conflictos con la edificación próxima.

El proyecto va cogiendo forma. La planta es trapezoidal y la nueva cubierta está resuelta a dos aguas con una cumbrera con pendiente donde se realizan dos incisiones, como dos grandes escotillas que se abren continuando la pendiente de su respectivo faldón. Además será una decisión fundamental para resolverla constructivamente, ya que una forma irregular y compleja se reducirá a una estructura sencilla de pares e hilera de madera.

Un interior luminoso. La escotilla del faldón que se abre hacia la edificación próxima, tendrá la entrada de luz por el cenit, la que se sitúa sobra el faldón de la fachada principal abrirá en su frente donde se realizará un pequeño altillo sobre el armario de ancho suficiente para poder estar. El nuevo forjado no cubre toda la planta existente, no llega a tocar las paredes. La luz de la cubierta llegará por estos huecos hasta la planta de abajo. Zona de estar que comunicará con la habitación “en las alturas”. Estos huecos, esta superficie “sin suelo” se convertirán en “armarios en el aire”.
Una construcción de madera. La cubierta y el forjado se realizarán con estructura de madera ensamblada con precisión de ebanista. Unas uniones de cola de milano realizadas en taller y montanas en obra.

El exterior. La cocina se sitúa en el volumen que sobresale en la fachada del patio y con un hueco horizontal se le hará partícipe de ese espacio. Las instalaciones, de toda la edificación, local comercial y de las dos viviendas se retirarán del patio para convertirlo en la prolongación exterior de las viviendas. La fachada principal recuperará en planta baja y primera su fachada de piedra original, y la segunda planta de enfoscado sobre ladrillo con recercados y molduras se remarcará a través del color.